¡TENEMOS QUE HABLAR SOBRE CHEMSEX!

Maksim Malyshev, Coordinador de Trabajo Social de la Fundación Andrey Rylkov
Las personas gay, el sexo y las drogas son tabúes en la Rusia. A pesar de que de estos asuntos no se discute normalmente, el chemsex aumenta en la sociedad. Maksim Malyshev, el Coordinador de Trabajo Social de la Fundación Andrey Rylkov, ha hablado con la AFEW Internacional sobre el problema de chemsex, las bases de la reducción de daños en Rusia y la salud mental de las personas que practican el chemsex.
¿Qué tan extendido está el chemsex en Rusia?
Es una cuestión complicada porque no se ha hecho ningún estudio acerca de la prevalencia del chemsex en Rusia. En base a mis observaciones personales, puedo decir que sí existe y se hace más popular a medida que pasa el tiempo. Primero, es una tendencia global. Segundo, se puede obtener drogas con facilidad en Rusia, por medio de la red oscura. Tercero, la discriminación y la estigmatización de las comunidades vulnerables, particularmente de la comunidad LGBT, conduce a una presión cada vez mayor sobre sus miembros, los que se ven más tentados a aislarse y realizar experimentos destructivos.
¿El chemsex es un problema de las grandes ciudades o existe también en los pueblos más pequeños?
Principalmente, es un problema de las metrópolis. Moscú, San Petersburgo, quizás Ekaterimburgo, Rostov y Krasnodar. Es importante entender que las ciudades grandes son los centros de la comunidad gay. Gays de todo el país van a esas ciudades porque es más fácil para ellos, allí son menos estigmatizados, hay más oportunidades y una comunidad más grande.
¿Por qué el chemsex es principalmente un problema de la comunidad gay?
Por supuesto que el sexo y las drogas no existen solamente en la comunidad gay, sino también en las comunidades heterosexuales y transgénero. Sin embargo, yo como tantos otros expertos en este ámbito adhiero al concepto clásico del chemsex y lo asocio específicamente con la comunidad gay. Esta comunidad se ve afectada por todos los factores con los que el chemsex pueda estar relacionado. Hablo del estrés que afecta a las minorías, de la estigmatización y de las peculiaridades de la definición identitaria (en la cual el sexo es un elemento importante). En las comunidades transgénero, también hay drogas y sexo, y para muchos trabajadores y trabajadoras sexuales, las drogas son la única manera de sobrevivir, de responder a sus problemas personales, a la depresión, etc. Claro que esto no es más que mi opinión personal, y no puedo hablar por dichas comunidades.
¿Cuáles son los principales problemas que causa el chemsex?
Hay cuatros asuntos clave. El VIH y las infecciones de transmisión sexual, la salud mental, el problema de la libre elección, de la violencia y de la soledad. Cuando la gente practica chemsex, su actividad sexual se intensifica, los estupefacientes aumentan su libido y su resistencia, produciendo un aumento del número de encuentros y parejas sexuales, mientras que la habilidad para controlar las cosas importantes disminuye. La gente no utiliza preservativos, el acto sexual se hace más traúmatico, su umbral de sensibilidad se reduce, mientras que el nivel de energía y agresividad se incrementa, todo lo cual aumenta el riesgo de contraer VIH y otras infecciones.
Hablando de los problemas de salud mental, cabe mencionar que después del chemsex la gente se siente sola y exhausta. En Rusia y en Europa, la gente que practica el chemsex consume estupefacientes, lo que tiene una influencia negativa en su salud mental, y les hace más difícil mantener la estabilidad emocional. Se vuelven adictos de modo que cuando dejan de consumir estupefacientes, el sexo normal les parece aburrido. La situación empeora debido a una represiva política de drogas y al miedo que la gente tiene de llamar la atención tanto de la policía como de los criminales, y de hacerse blanco de chantajes.
¿Hay servicios de reducción de daños disponibles para personas que practican chemsex en Rusia?
Por ahora, nosotros solamente tenemos algunos rudimentos de tales servicios en Rusia. Por ejemplo, la Fundación Andrey Rylkov, que fue reconocida como agente extranjero, implementa un programa de sensibilización en fiestas techno gay. Distribuimos preservativos, lubricantes y hacemos pruebas de VIH. Aparte de eso, organizamos grupos de apoyo mutuo para gente afectada por el chemsex. Tales grupos se reúnen regularmente. También enfocamos nuestros esfuerzos en dar apoyo psicológico para sobrevivientes del chemsex. AFEW International nos ha ayudado mucho apoyando el proyecto que permite a nuestros trabajadores realizar actividades de sensibilización en eventos techno. Proveemos preservativos y lubricantes financiados por el fondo ESF, que nos dio un gran impulso para desarrollar nuestras actividades.
Conozco a otra organización rusa que abrió un grupo NA para los miembros de la comunidad gay. Esos son todos los servicios que están disponibles por el momento. Es la razón por la cual nuestra fundación junto a la ONG Parni Plus presentó una propuesta conjunta a la Fundación Elton John contra el Sida para desarrollar nuestro proyecto dirigido a la comunidad gay en el contexto del chemsex.
En su opinión, ¿qué servicios deben ser desarrollados?
Ahora se está llevando a cabo una interesante encuesta entre con los miembros de la comunidad gay para que nos cuenten sus problemas, las maneras de resolverlos y para que puedan compartir sus preferencias. Afortunadamente, pronto tendremos los resultados.
Desde mi perspectiva, creo que más esfuerzos deberían estar dirigidos a la definición de la identidad gay, para que así las personas puedan abrirse y definirse como gay. Es importante para las personas que se acepten a sí mismas, que se confíen con la familia y los amigos y puedan generar contacto con ellos. La carencia de definición identitaria es una de las razones por las cuales la gente se involucra en el chemsex. Sin embargo, no es posible implementar tales actividades en Rusia porque caen bajo el concepto de propaganda gay.
También debería haber un foco más grande en los servicios de reducción de daños. Lo que podemos hacer ahora – visitas de sensibilización en las saunas y apartamentos para dialogar con los miembros de la comunidad - no son suficientes. Sería bueno tener un programa para el intercambio de jeringuillas. Sin embargo, muchos organizadores de eventos tienen miedo de implementar tales medidas porque puedan llamar la atención de la policía.
Creo también que es importante abrir los centros de rehabilitación para gente afectada por el chemsex. ¡Actualmente, no existen lugares donde podamos transferir a estas personas! Ni siquiera si pueden pagar por estos servicios. Todos los centros de rehabilitación están dirigidos agente que consume drogas, y no son tolerantes con los miembros de la comunidad LGBT.
Al menos, ¿podéis producir materiales impresos o en línea en estas circunstancias?
Sí, hay algunas cosas que los activistas hacen. Por ejemplo, un libro de cómic sobre el chemsex fue publicado y es distribuido en los clubes. Hay también un sitio web anónimo donde los miembros de la comunidad gay pueden encontrar información sobre reducción de daños y rehabilitación.
¿Cuál ha sido vuestra impresión más latente en el último tiempo?
Hubo un caso que me asustó hace no mucho tiempo. Un tío vino a nuestra fundación con su historia. Unas personas que había conocido le invitaron a tener sexo en un parque después de consumir mefedrona. Cuando llegó al lugar de la cita, vio que sus nuevos “amigos” llevaban muñequeras y una porra. Le llevaron a un lugar extraño donde había un cadáver tirado. El tío tuvo miedo y logró escaparse de alguna manera. Nos dijo que después estuvo listo para llamar a la policía interponer una denuncia contra estos hombres. Pero tenía demasiado miedo de que la policía no le creyera. Miedo de que lo arrestaran por usar drogas, miedo de perder su empleo y de que fuese registrado por la policía y de terminar siendo víctima de chistes a causa de su orientación sexual.
Espero mucho que un día esta situación cambie. Lo que estamos haciendo ahora es un paso hacia el futuro.
Este artículo fue publicado originalmente por AFEW International, una red de organizaciones locales independientes que trabajan en países de Europa Oriental y Asia Central. Vea el artículo original aquí y siga a AFEW en Facebook o Twitter.