De Japón a Hungría: Reducción de Daños en Entornos Políticamente Difíciles

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La vigésimoquinta Conferencia Internacional sobre Reducción de Daños se desarrolló en Montreal a mediados de mayo, y numerosos asistentes debatieron los singulares desafíos que enfrentan en sus países al promover o implementar servicios de reducción de daños. Si bien los reduccionistas enfrentan dificultades importantes en su trabajo en todo el mundo, aquéllos que trabajan en ambientes política o socialmente hostiles pueden experimentar barreras únicas.

En una intensa sesión vespertina, Goro Koto, representante de la Red de Promoción y Defensa de la Política de Drogas (JANDP, por sus siglas en inglés), describió cómo el “muy fuerte estándar moral” de la cultura japonesa - con normas sociales y culturales profundamente arraigadas - ha entorpecido los intentos de implementar las medidas más básicas de reducción de daños.

“Se prioriza mucho la sociedad por sobre los individuos... [y] la moral social prevalece sobre los derechos humanos”, afirmó Koto. Esto ha provocado una discriminación severa e institucionalizada contra las personas que consumen drogas, como así también contra aquéllas con VIH/SIDA. “Por ejemplo”, dijo Koto, “los consumidores de drogas que acuden a un hospital en busca de tratamiento para cuestiones relacionadas con su adicción, están expuestos a ser denunciados a la policía por parte del personal médico y, de este modo, son criminalizados.” En consecuencia, muchas personas que usan drogas tienen demasiado temor como para buscar ayuda médica, lo que a su vez, probablemente conduce a un empeoramiento de sus problemas de salud - estén o no relacionados con el consumo de drogas.

Según Koto, este alto nivel de estigmatización aleja del ojo social el problema del consumo de drogas, hasta tal punto que muchas personas en Japón, incluyendo el público y los legisladores, ni siquiera comprenden los daños causados por el consumo de drogas o el concepto de reducción de daños. El uso de drogas continúa siendo visto casi exclusivamente desde la perspectiva criminal, en vez de la sanitaria.

Koto comentó: “Si Ud. le pregunta a la gente ‘¿Cuál es el perjuicio [del uso de drogas]?’, la respuesta es ‘El delito.’ Si Ud. pregunta ‘¿Qué es la reducción [de daños]?’, la gente responde ‘Castigo’.”

La falta de conciencia, comprensión y apoyo a la reducción de daños en Japón ha creado una sequía de recursos para aquéllos que - como Koto - desean promulgar la ideología reduccionista de daños. JANDP ha empezado a traducir publicaciones en lengua extranjera sobre este tema, porque como Koto lamenta, “No tenemos recursos de reducción de daños [japoneses] porque la estrategia de reducción de daños no existe [en Japón].”

Goro Koto (centro-izquierda) y Peter Sarosi (centro-derecha) en un panel sobre reducción de daños

En la sesión, Koto fue acompañado por Peter Sarosi, de la Unión de Libertades Civiles de Hungría (HCLU, por sus siglas en inglés). Según detalló Sarosi, a diferencia de Japón, Hungría realmente ha implementado algunas iniciativas exitosas de reducción de daños. Sin embargo, esto ha cambiado gradualmente a lo largo de la última década, por el aumento de las políticas populistas que impulsan normativas cada vez más punitivas y por el cierre de numerosos servicios de asistencia vital.

Hungría estuvo una vez a la cabeza de la corriente reduccionista; en 1993, el país estableció su primer servicio de intercambio de jeringas. Sin embargo, bajo la gestión del Primer Ministro Viktor Orbán, que ha ejercido este cargo desde 2010, el antiguo enfoque progresista del país con respecto al uso de drogas se debilitó.

En 2011, el número de jeringas estériles que se distribuían entre los consumidores de drogas cayó aproximadamente en un 40% con respecto al año anterior, según señaló Sarosi. Más recientemente, entre 2014 y 2015, se cerraron dos programas de jeringas con aguja, que suministraban el 55% de las jeringas estériles del país. Como era de esperar, esto ha tenido consecuencias terribles.

“Estamos enfrentando una nueva epidemia de VHI entre las personas que se inyectan drogas (PWID, siglas en inglés para referirse a este sector de la sociedad),” dijo Sarosi en la sesión, agregando que la tasa de infección por hepatitis C dentro del grupo mencionado se había elevado de un 34% a un 60% en los últimos tres años. A pesar de este evidente aumento de los perjuicios, causado por la disminución de los servicios de reducción de daños, los legisladores húngaros parecen estar desinteresados en la reforma.

“A veces, la evidencia científica no es suficiente para respaldar la estrategia de reducción de daños,”  se lamentó Sarosi. “Los políticos simplemente dicen ‘No creo ni confío en sus datos porque se obtienen a través de programas aguja-jeringa.’ [Dicen] ‘No me importa.’”

Aún con los desafíos que enfrenta, Sarosi parece moderadamente optimista con respecto al futuro de la reducción de daños en su país. Como ejemplo, comentó haber conocido a un hombre que se oponía a la reducción de daños, y haberlo convencido fácilmente de que apoyara la instalación de recipientes para objetos punzocortantes en su comunidad. Es mucho más fácil, insiste Sarosi, convencer al público sobre los beneficios de la estrategia reduccionista que a los políticos.

“Nos dimos cuenta de que la clave es convencer a los ciudadanos locales que están siendo manipulados [por los políticos locales],” afirmó Sarosi. “Tratamos de hacerles entender cuán buena es la reducción de daños para ellos, aún cuando no consuman drogas, [y hacerles reconocer que] las personas que usan drogas también son parte de la comunidad.”

Asimismo, Goro Koto también se manifestó optimista sobre el futuro de la reducción de daños en Japón, a pesar del actual clima socio-político.

“Me siento muy emocionado de enfrentar este desafío porque todos Uds. aquí me motivan,” dijo Koto a la audiencia de entusiastas y expertos en reducción de daños, “Veo cuántas dificultades han afrontado hasta ahora, y por eso puedo aprender mucho de Uds.”

El alentador optimismo y el compromiso demostrado por Koto y Sarosi, al igual que por un sinnúmero de otros asistentes a la Conferencia Internacional sobre Reducción de Daños, resaltan el potencial del cambio progresista, aún en algunos de los ambientes más hostiles.