El Presidente Widodo Propone “Acribillar” a los Sospechosos por Drogas mientras la Guerra Antidroga Filipina “Desplaza el Tráfico” hacia Indonesia

El Presidente Joko Widodo ha dicho que la policía debe “acribillar” a los presuntos delincuentes por drogas que se resistan al arresto
(Fuente: Wikimedia)
El Presidente indonesio, Jokowi Widodo, ha pedido a la policía que “mate a tiros” a los extranjeros sospechosos de traficar con drogas si se resisten al arresto, por temor a que la dura represión antidroga en la vecina Filipinas genere un mayor desplazamiento del tráfico hacia Indonesia.
El comunicado de Widodo, que se llevó a cabo el 21 de julio, esencialmente pidió el asesinato extrajudicial de personas sospechadas de estar cometiendo delitos de drogas. El mandatario justificó esto alegando que su país enfrenta una “emergencia por narcóticos”. Tito Karnavian, Jefe General de la Policía Nacional de Indonesia, apoyó aún más la postura del Presidente Widodo con respecto a esta cuestión al afirmar que “cuando matamos a los narcotraficantes, [sus cómplices] se van”.
El 26 de julio, Budi Waseso, Comisario General del Organismo Nacional de Estupefacientes de Indonesia, declaró a ABC News que su país se ha convertido en “el mercado [de drogas] más grande del mundo, en mi opinión”. “El mercado existente en Filipinas se está desplazando hacia Indonesia”, declaró, afirmando que la extrema violencia contra las personas involucradas con drogas en Filipinas ha provocado “un éxodo hacia Indonesia, incluyendo el de la sustancia”.
Este concepto ha sido identificado como el “efecto globo”. Según el mismo, la presión de las fuerzas de seguridad sobre el delito de drogas en una zona lo empuja hacia otra (“apretar un globo en un lugar hace que se expanda en otra dirección”).
Aunque el Comisario General Waseso había pedido inicialmente a la policía indonesia que imitara la metodología que Filipinas está aplicando contra los estupefacientes, posteriormente dio marcha atrás, afirmando “no la voy a seguir ni a copiar, ni siquiera la apoyo”.
Una masacre continua de personas - presuntamente involucradas con drogas - ha estado ocurriendo en Filipinas bajo el gobierno del Presidente Rodrigo Duterte, quien considera que el asesinato de individuos sospechados de uso o venta de estupefacientes es la solución perfecta para terminar con el narcotráfico en su país. Desde que ganó la presidencia en julio de 2016, más de 9.000 personas sospechosas de haber cometido delitos de drogas han sido asesinadas. El 24 de julio, Duterte propuso una enmienda legislativa, de modo que las personas pudiesen ser legalmente ejecutadas por el estado por posesión de drogas.
Presidente Duterte (i) y Presidente Widodo (d) (Fuente: Wikimedia)
En los últimos años, la guerra contra las drogas en Indonesia se ha estado intensificando de modo similar, en especial desde que el Presidente Widodo asumió su mandato en octubre de 2014. En los cuatro meses que siguieron a su toma de posesión, el gobierno del Presidente Widodo ejecutó a 14 personas por el delito de narcotráfico, incluyendo a 12 extranjeros. A pesar de que las Naciones Unidas exhortaron a Indonesia a que restituyera la moratoria de la pena capital, las ejecuciones continuaron llevándose a cabo. Las mismas concitaron gran atención por parte de organizaciones internacionales de derechos humanos, gobiernos y medios informativos.
A comienzos de julio de este año, la policía de Yakarta mató a tiros a un ciudadano taiwanés por resistirse a la detención durante una redada antidroga, que aparentemente generó el decomiso de drogas más grande en la historia de Indonesia - una sola incautación se valuó en 100 millones de dólares.
La División de Asia del Observatorio de Derechos Humanos (HRW, por sus siglas en inglés) recientemente instó a las autoridades indonesias a denunciar la guerra antidroga en Filipinas por su gran brutalidad y violación de derechos humanos básicos. Además, el mencionado Observatorio solicitó que el Presidente Widodo enviase un mensaje claro a sus fuerzas de seguridad en el sentido de que deben respetar los derechos humanos básicos de todos, al momento de abordar la llamada “emergencia por narcóticos” de la nación.
Las anteriores ejecuciones en Indonesia se focalizaron principalmente en ciudadanos extranjeros condenados por tráfico de drogas, pero la aparente justificación del Presidente Widodo de los asesinatos extrajudiciales parece sugerir que Indonesia podría comenzar a imitar el enfoque filipino. En Filipinas, la llamada guerra antidroga se ha manifestado fundamentalmente como una guerra contra la gente pobre que usa drogas, en lugar de apuntar contra los traficantes poderosos o los líderes de pandillas.
El Jefe de Policía indonesia Karnavian declaró recientemente que “los contrabandistas de estupefacientes apuntan hacia Indonesia porque consideran que los esfuerzos por aplicar la ley en el país son débiles” comparados con los de Filipinas. Si Indonesia se une a Filipinas usando la metodología de asesinatos extrajudiciales para combatir el narcotráfico, esto podría sentar un precedente peligroso. ¿Seguirán este ejemplo otros países del sudeste asiático?