El debate sobre la política de drogas de tolerancia cero de Suecia se ha reavivado en los últimos meses, debido al fracaso del enfoque para reducir las muertes por drogas.
Suecia actualmente tiene una de las tasas más altas de las muertes relacionadas con las drogas en Europa, con 87.8 muertes por millón de personas registradas en 2016, la gran mayoría de las cuales involucraron opioides, como la heroína. Esta tasa es más de cuatro veces el promedio de la UE de 21.8 muertes por millón de personas.
Además de los opioides, un número creciente de las muertes en el país se ha atribuido a la cocaína.
El gobierno sueco afirma que su estricta legislación tiene como objetivo reducir el consumo de drogas, pero eso también puede estar aumentando. Datos gubernamentales recientes indican una leve aumento en el consumo de cannabis entre los jóvenes, mientras que el consumo de “éxtasis” (MDMA) también va en aumento – según publicación sueca, El Local.
En virtud de la Ley penal sobre estupefacientes, la columna vertebral de la política de drogas sueca, la posesión de drogas para uso personal sigue estando tipificada como delito y puede castigarse con una multa o una pena de prisión. La emisora nacional del país, SVT, encontró que una mayoría de partidos políticos en el Comité de Salud y Bienestar del gobierno ahora apoya la reevaluación de este enfoque.
La realización de tal evaluación ha sido respaldada por representantes de los Liberales, el Partido del Centro, los Demócratas Suecos, los Demócratas Cristianos y el Partido de Izquierda, pero ninguno de los partidos de la coalición gobernante, el Partido Socialdemócrata y el Partido Verde, han accedido a la revisión
Michael Anefur, diputado demócrata cristiano, dijo “Ha pasado mucho tiempo y debemos evaluar la ley y también considerar cómo se ven las cosas en otros países. En los últimos 30 años, las opiniones sobre la drogodependencia han pasado de ser vistas como un signo de debilidad mental a entender que se trata de una enfermedad”.
Más de 20 abogados de todo el país han ido un paso más allá y han pedido al gobierno que haga un cambio específico: despenalizar la tenencia personal de drogas. en un carta abierta, el grupo de abogados dijo que el enfoque actual “causa un gran daño [y] contrarresta directamente nuestras altas ambiciones de salud pública y bienestar en la sociedad”.
“En nuestra sociedad, los usuarios de drogas están sujetos a un estigma enorme. Se les aleja de los esfuerzos de atención y, en cambio, se les acerca a grupos antisociales que refuerzan una identidad criminal”, continúa la carta. “Son [tratados] como delincuentes que deben ser castigados en lugar de recibir la atención adecuada en el hospital. o tratamiento.”
La carta continúa pidiendo políticas centradas en la atención médica y la reducción de daños.
Las medidas de reducción de daños, incluso algunos de los métodos más básicos, no se están implementando en Suecia. A pesar de la gran cantidad de muertes relacionadas con los opioides, el gobierno no ha logrado introducir políticas de salud basadas en evidencia que puedan reducir rápidamente la cantidad de vidas que se pierden entre las personas que consumen heroína.
El gobierno se ha negado a permitir la apertura de salas de consumo de drogas para salvar vidas (DCR, por sus siglas en inglés), que previenen las sobredosis al permitir que las personas consuman drogas en entornos seguros, y no permite la distribución de naloxona para llevar a casa. La naloxona es un medicamento seguro y económico que revierte las sobredosis de opioides y es reconocido como Medicamento Esencial por la Organización Mundial de la Salud.
En otras partes de Escandinavia, las medidas de reducción de daños han demostrado ser más aceptables entre los formuladores de políticas. Al otro lado del estrecho de Oresund en Dinamarca, numerosos DCR están ahora en funcionamiento – incluyendo el más grande del mundo. Mientras tanto, en Noruega, el gobierno recientemente anunció introduciría el tratamiento asistido por heroína, mediante el cual las personas que consumen la droga se la administran en un entorno clínico.
En Suecia, que tiene la tasa de mortalidad relacionada con las drogas más alta de los tres, el gobierno aún no se ha movido. Hasta que lo haga, es probable que las muertes relacionadas con las drogas continúen sin disminuir.
